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Mi amor el chambelán

  • amordemisamores
  • 15 oct 2014
  • 5 Min. de lectura

Desde que era chiquita, mi gran sueño era crecer. Solo eso, crecer.

En mi mente,crecer, era sinónimo de hacer lo que yo quisiera, salir, bailar, ser libre. (Qué equivocada estaba). Todo el mundo me decía que era una ¨muchachita precoz¨, y nunca lo entendí, hasta ahora. Para mi gran ventaja (en mi época de adolescente, a mis 28, ya no.) siempre me he visto mayor de lo que soy.

Así que con esa rebeldía, que caracteriza a los adolescentes, me escapaba con amigas muuuucho más grande que yo, a bares y lugares, en dónde yo NO tenía que estar, a mis 14 años.

Un día de esos, decidí escaparme con este grupo de amigas, a un lugar para bailar salsa. (Desde que tengo memoria, creía, que ni una bailarina de Willy Chirrino me ganaba).

Así que llegamos, entramos (sin necesidad de ID), y como es obvio, una cerveza era la dosis exacta para volverme una simpatica jovencita, extrovertida y por supuesto, bailarina.

Entre tanto alboroto, deicidí ir a la barra del bar a pedir algo para tomar, cuando noté la mirada de este hombre, algunos años mayor que yo. (A esa edad y en esos lugares, todos eran algunos años mayores que yo). Pero estaba éste hombre, me miraba con ojos de asombro, como encantado. ¿A quién no le gusta que la vean de esa forma? Así que con mi timidez disfrazada de seguridad, me acerqué a él y le dije: "No tome, tomar es malo!"

Obviamente notó mi sarcasmo (yo ya llevaba un par de cervezas, que superaban mi dosis permitida), y sonrió. Su mirada fija y brillante, confirmó mi intención, lo había cautivado...

Hablamos poco, reímos mucho y en pocos minutos, ya tenía mi número telefónico. Así que me retiré triunfante y pues, varias llamadas de mis padres, lograron mi pronto regreso a casa esa noche.

Poco sabía esa noche, que este hombre se convertiría en muy poco tiempo, en un amor de mis amores. Todo fue previo a mi gran fiesta de quince años, (a veces no entiendo este tipo de tradiciones), así que a este amor, le llamaremos el chambelán.*

El chambelán, apareció al día siguiente, con una llamadas telefónica de una hora de duración. Con la cuál, empezamos a conocernos. Hablamos de nuestros gustos musicales, pasatiempos, estudios (mi único aporte a este tema fue, "estoy en el colegio"), familia, casa, amigos, etc.

A los pocos días nos hicimos novios, y al poco tiempo apresuramos el momento "conoce a la familia de tu novio". Aún recuerdo que mi mamá no permitió que el chambelán, fuera por mí a mi casa. Así que mi hermano mayor y el único que tengo, tuvo la tarea de llevarme a la casa del chambelán. Manejamos muchísimo tiempo, recuerdo cómo cuestionaba en qué lugar había conocido a mi novio. Nunca le pude explicar bien cómo había sido el encuentro. (Era su ex novia, quién me llevaba a estos lugares). Cada vez nos alejábamos más de mi casa, me parecía muy extraño, ya que yo juraba vivía en la misma zona que yo. (Que traicionero puede ser el alcohol cambiando 2 simples consonante de nombres muy similares, y alejando a mi chambelán 1 hora de mi dulce y tranquilo hogar).

Al llegar, fui recibida por el mi amor el chambelán, siempre fue un caballero y su sonrisa, podía iluminar mis días. Al entrar a su humilde morada, me encuentro con decenas de personas.. Todas esas personas, eran familiares de él y tooodas estaban ahí para darme la "Bienvenida a la familia"!!! (Bienvenida de qué? A la familia de quién?) Mi asombro al entrar, era sólo un preámbulo del susto que me llevaría a la hora de comer...

Traté de seguir de lo más normal, cuando me invitan a pasar a la mesa y encuentro una lengua gigante de vaca! Sí, una lengua!

Estaba ahí, con sus papilas gustativas resaltadas, decorando el centro de la mesa, como el plato más exquisito en la faz de la tierra! Mi diplomacia, a esa edad, no era una virtud tan desarrollada. Y por supuesto, notaron que no comería del banquete oficial. Así que con todo el morro, que hasta la fecha me caracteriza, me hicieron una hamburguesa casera. (Tampoco como hamburguesas, pero era más tolerable que cortar un pedacillo de lengua.) Y realmente al final, fue una reunión tan, pero tan amena, que también me enamoré de su familia.

El amor fue mutuo, puesto que la sobrina que venía en camino, lleva el día de hoy, mi nombre. (A la fecha, quiero pensar, que esto fue motivado por el gusto de los padres, hacia el nombre y no hacia mi persona.)

Pasaron algunas semanas y el amor crecía, al punto de volverse demasiado. Empecé a dudar, a intentar alejarme y por boba a escuchar consejos malsanos, de personas que poco piensan y mucho opinan. Opiniones cómo: "En tu fiesta de XV años, debes estar soltera, para pasarla mejor!" (Insisto, no entiendo éstas tradiciones.)

Así que mi yo del pasado, ingenua e influenciable, decidió terminar con el chambelán, pocos días antes de su fiesta.

Las llamadas de los amigos del chambelán, se volvieron incansables, todos pidiendo que por favor continuara con esa relación, "al menos espera a la fiesta". Yo no entendía nada, yo tenía que estar soltera en mi fiesta. Llegué a considerar, regresar después de la fiesta. (Vergueneza!)

Después de varias llamadas, una amiga de él, me confesó que había estado en clases de vals, para que bailaramos en mi fiesta...

the-waltz.jpg

No pude, sentirme peor. Quería regresar el tiempo, y pues, evitar que se metiera a clases de baile. A esa edad me parecía lo más cursi y vergonzoso que se podía hacer. (Ahora lo creo, un poco menos, y lo aprecio mucho más.)

El chambelán llegó a mi celebración. Previo a la fiesta, obviamente, debía haber misa. Y por siempre tendré el recuerdo de él, en video... En dónde se despide de mi familia, mientras la ceremonia continuaba y yo aparezco muy atenta a las palabras del sacerdote.

Nunca lo volví a ver... Sin embargo hablé con él, dos veces al año, por mucho tiempo. En mi cumpleaños y en el de él. Cada conversación era igual, "solo trabajo, para darte lo que mereces y cuando seas más grande, podamos continuar con nuestra vida juntos". Definitivamente un romántico empedernido, y esa promesa me hizo sonreír años de años, con la esperanza que algún día se volviera realidad...

Hasta la última llamada, para su cumpleaños, (un mes después del mío), en la cuál me contaba que pronto se casaría, porque él y su novia iban a ser tres. Fue la última vez que hablamos, nuestras voces sonaban como desgarradas. (Ahora sé, que eran nuestros corazones.) Hace poco supe, que el chambelán, sigue felizmente casado, su familia creció y sólo me queda desear que sea un hombre feliz, que siga haciendo reír a los que le rodean y que sea su sonrisa la que ilumine su actual hogar...

Les dejo este video, para entender un poco más el concepto, de la "Quinceañera" y su "Chambelán".

* En la historia podemos encontrar que el verdadero chambelán era un noble que acompañaba y asistía al Rey.

Actualmente, un chambelán es el joven caballero que acompaña a la señorita que cumple quince años y la asiste desde su ingreso a la ceremonia, la invita a hacer el baile de honor que suele ser un vals o si prefieren algo moderno pueden iniciar la fiesta bailando la canción preferida de la agasajada.

 
 
 

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